lunes, 26 de octubre de 2009

FORTRESS (FORTALEZA)




Mike Davies, nos adentra nuevamente a los procesos actuales que se llevan a cabo en la ciudad como consecuencias de los cambios económicos, políticos y sociales, hace un análisis del caso particular de Los Ángeles, EU para encuadrar el proceso de privatización del espacio público, y como es que afecta al entorno urbano, a las personas que transitan por la ciudad, y este fenómeno de la paranoia, el control y la seguridad por parte de la seguridad pública en ciertas zonas de la ciudad. Se hace visible como la brecha existente entre ricos y pobres produce una especie de barrera, espacial, social, económica y cultural, o como en el texto se menciona una especie de “guerra fría”, esa es mi percepción.
El caso de los Ángeles ejemplifica muy bien las transformaciones que puede sufrir una ciudad, y las rutas que hacen de esta un lugar que segrega de manera brutal a sus habitantes, Davies hace énfasis en toda esta parafernalia tecnológica, y policiaca para mantener controlada la criminalidad o a personas extrañas o sospechosas, lo que provoca una especie de discriminación o “apartheid”, lo que genera más divisiones entre los habitantes, logrando abrir más la brecha, e incubando rencor social y otras manifestaciones.
La privatización de los espacios públicos coartan a las personas de poder disfrutar dicho bien, estos lugares de esparcimientos como parques, alamedas, plazas, sirven como un lugar de recreación para las familias, los jóvenes que posiblemente no poseen los recursos para ir a un centro o comercial, o cosas de ese tipo, pero la entrada de centros de diversión privados, la construcción de plazas comerciales, hacen que por ende las personas no tengan opciones, pues se les fuerza a tener un ingreso económico oneroso para poder ir a esos lugares, siendo esto imposible para ellos. Pues estamos hablando de clase baja, o incluso como estamos viendo actualmente, la clase media ya ni siquiera puede acceder a estos lugares, por los altos precios que manejan y lo onerosos que llega a ser consumir o adquirir bienes.
Otro fenómeno importante es la proliferación de zonas residenciales, algo que en nuestro país cada vez es más común, se construyen este tipo de complejos residenciales buscando la paz y tranquilidad por parte de los sectores opulentos, huyendo de la efervescencia y la agitada vida urbana, generando así ciudades pequeñas dentro de la misma ciudad, porque estas zonas residenciales cuentan con toda una gama de bienes y servicios bastos, que para quienes residen en esos lugares ya no es necesario ir afuera por un lapso prolongado de tiempo, además de contar con un cuerpo de seguridad, de cámaras, y toda una serie de artefactos salidos de una película, lo que claramente las convierte en fortalezas. Pero es necesario apuntar que en la ciudad de México, lugares como Iztapalapa, hay unidades habitacionales que podría denominarles fortalezas de baja renta, pues aunque cuentan con seguridad, esta no es tan especializada, además de que no existen tantos servicios como en una zona residencial.
Davies también enfatiza en que estos tipos de concentración de la población (zonas residenciales vs barrios), de polarización entre ricos y pobres, socava la Democracia, además también decanta el contacto entre sus habitantes, es decir, se están transformando las ciudades, sus entornos, no solo estéticamente, sino internamente, sus relaciones sociales, culturales, económicas, el punto interesante es saber en un futuro hasta dónde nos llevara esta segregación espacial.

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